Se puede renacer sólo tras la humillación, sólo después de haber tocado fondo, luego de haber sentido la soledad junto a la multitud. Si querías destruirme, no lo lograste, pues, en tu bajeza pude ver el horizonte y he podido perdonarme.
Dear, yo te invito a salvarnos juntos o hundirnos separados, tú decides.
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